¿Por qué se produce el cáncer?
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Las causas de enfermedad y de mortalidad
prematura o evitable (se entiende como mortalidad evitable o
prematura la debida a causas prevenibles o evitables mediante
cambios en los hábitos de vida, medidas preventivas o
programas de detección precoz) más importantes en los países
de mayor nivel socioeconómico son el cáncer, las enfermedades
cardiovasculares y cerebrovasculares, los accidentes de
tráfico y el SIDA.
Al hablar de cáncer hablamos de un
conjunto de procesos que tienen distintas causas, pero que en
su conjunto han demostrado una tendencia creciente en su
incidencia paralela al aumento del nivel de vida y la
longevidad. El cáncer de mama es el más frecuente en mujeres y
el de pulmón en hombres, claramente asociado a un mayor
hábito tabáquico en hombres en las décadas pasadas, pero que
está cambiando con el aumento de la frecuencia de mujeres
fumadoras.
Si bien en algunos tipos de cáncer hay
causas específicas, como es el caso del cáncer de cuello
uterino, provocado por la infección crónica por algunos tipos
del virus del papiloma, frente al cual se está en proceso de
comercialización de una nueva vacuna que aplicada en mujeres
antes del inicio de la actividad sexual permitirá prevenir
este cáncer, los estilos y hábitos de vida tienen una
influencia significativa en el riesgo de cáncer de las
personas.
Se estima que en los países
desarrollados, un tercio de las muertes por cáncer está
asociada al consumo de tabaco y, otro tercio, a hábitos
dietéticos y falta de ejercicio físico.
- Consumo de tabaco.
- Falta de ejercicio físico.
- Dieta alimenticia hipercalórica y con escasez de frutas y verduras.
- Abuso habitual de bebidas alcohólicas.

Es posible reducir el riesgo de padecer cáncer si se siguen las siguientes recomendaciones:
- No consumir tabaco, en ninguna de sus formas.
- Mantener un peso adecuado, equilibrando las calorías que se aportan al organismo a través de los alimentos, con las que se gastan por el ejercicio físico, adaptando la dieta a la edad y al nivel de ejercicio físico de cada persona. Debe tenerse en cuenta que, en general, la dieta elaborada y consumida en casa o en comedor colectivo (escolar o laboral con control nutricional de los menús) son más equilibradas y permiten su consumo e un tiempo más prolongado y pausado, que aquellas dietas basadas en tentempiés, ingesta de bollos, sándwiches, bocadillos, hamburguesas o similares, sustituyendo a la comida tradicional.
- Adoptar el hábito de realizar todos los días ejercicio físico (ir caminando en los desplazamientos diarios, subir escaleras en vez de utilizar el ascensor, hacer una tabla de ejercicios, ir al gimnasio; dar paseos, hacer deporte adecuado a la edad y estado físico…etc.). Se recomienda el ejercicio físico, de moderado a intenso, durante 45-60 minutos al día, 5 días a la semana, o como mínimo tres días.
- Mantener una dieta alimenticia rica en frutas y verduras, reduciendo la ingesta de proteínas animales y grasas (en especial las grasas de origen animal y saturadas, como los aceites de palma o coco). Las dietas mediterránea y atlántica tradicionales han demostrado ser de las más equilibradas.
- Limitar el consumo de bebidas alcohólicas a un máximo de una bebida al día en mujeres y dos en hombres (se considera una bebida a una cerveza, un vaso pequeño de vino, una copa, un cóctel o similares).

Fuente: Fisterra.
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